El
otro día vi “Encadenados”, de Alfred Hitchcock. Como me resultó muy sugerente y
puso en marcha mi maquinaria crítica, me preparé para escribir un post.
Básicamente googleé en busca de información y pude comprobar que lxs críticxs
de cine ya han analizado este clásico desde numerosos ángulos, han dado
múltiples interpretaciones y han dicho casi todo lo que había que decir. Pero
cuál no fue mi sorpresa cuando enseguida me di cuenta de que no estaba de acuerdo con
la descripción que la mayoría hace de la relación entre los dos personajes
principales que es, básicamente, el núcleo alrededor del cual gira el
argumento.
[Si
no has visto la película te recomiendo mucho que la veas y, como no quiero
destriparte nada, te sugiero que no continúes leyendo… ¡Pero vuelve aquí
después de verla!]
Si
a pesar de todo sigues leyendo, copio y pego una pequeña sinopsis para que
sepas de qué hablo (aquí el link a la página donde la he encontrado)
“Devlin,
(Cary Grant), un agente del gobierno norteamericano, entabla relación con
Alicia Huberman (Ingrid Bergman), hija de un espía alemán recién encarcelado, y
le propone trabajar para su país en Río de Janeiro. La misión es seducir a otro
alemán, Alex Sebastian (Claude Rains), que años atrás estuvo enamorado de ella,
y sacar la máxima información de él y sus contactos, pues es una de las bases
del nazismo activo que opera tras la guerra. Alicia, pese a estar enamorada de
Devlin, acepta no sólo el desafío de conquistar a Sebastian, sino también su
inesperada petición de boda. Una misteriosa botella de vino pondrá la primera
nota de inquietud en la tensa labor de espionaje de Alicia.”
Como
decía, enseguida comprobé que no estaba de acuerdo con la mayoría de las
críticas, que afirman que Dev, el protagonista, se comporta como un proxeneta. Por
ejemplo, en este artículo de The Guardian se describe a Devlin como “a good
man, on the side of right, who pimps out the love of his life” (un buen hombre,
uno de los buenos, que chulea al amor de su vida). Es decir, cuando Dev propone
a Alice seducir a otro hombre por motivos políticos, para la mayoría de las
críticas lo que ocurre es que está chuleando a Alice, vendiéndola al enemigo.
Además, para más inri, está enamorado de ella. Y ella de él, claro. Pobre… Sin
embargo, desde mi punto de vista, el personaje de Dev es muy interesante.
Cuando al principio él le propone a ella que trabaje como espía para el
gobierno de los Estados Unidos, él mismo no sabe en qué va a consistir la
misión. Para cuando se entera, ya es demasiado tarde: se ha enamorado. Es obvio
que no le gusta la idea, ya que trata de convencer a sus jefes de que Alice no
es la persona adecuada para ese trabajo. Sin embargo, fracasa en su intento, y
no le queda más remedio que comunicarle que su misión consiste en seducir a
Alex. Ella se horroriza ante la idea y le pregunta si no le ha dicho a sus
jefes que ella no es la persona adecuada. Lo que Alice quiere es que él le
demuestre su amor pidiéndole que no se entregue a otro hombre. Como él no se lo
pide, ella concluye que él no la quiere y, despechada, acepta el trabajo. Según
este artículo “Alicia le recrimina a Dev que
si tan solo se lo hubiese pedido, ella no hubiera aceptado el cometido de
enamorar a otro hombre por patriotismo. Devlin responde con una aparente
indiferencia, argumentando que ella es lo suficientemente adulta para tomar
decisiones.” Y aquí está el quid de la cuestión. Ella acepta libremente la
misión: no la obligan, no la chantajean, no la coaccionan. Acepta libremente. Y acepta, en parte, por
despecho, en un intento a la desesperada de provocar celos en el hombre al que
a ama. En mi opinión, ella necesita de él que le pida que no acepte la misión
como muestra de amor porque ella misma no se considera merecedora del mismo.
Ella se desprecia a sí misma y entiende que un hombre como Dev la entregue sin
más al enemigo. Pero es ella quien se desprecia y se juzga por beber demasiado
y haber tenido numerosos amantes. Por ejemplo, en la escena del bar en Río de
Janeiro, ella le dice: “Cada vez que te miro veo en tus ojos esas ideas fijas:
si delinquió una vez delinquirá siempre, fue mujerzuela, lo será siempre” y
luego, en un alto en la carretera: “Pobre Dev, te has enamorado de la chica
mala, te pone enfermo, enamorado de una mujer que no es buena, debe ser
terrib…” (y no termina la palabra porque entonces él la besa). Más tarde, en el
apartamento, mantienen esta conversación:
Alice:
Nuestro amor es bastante extraño.
Dev.-
¿Por qué?
Alice.-
Porque a lo mejor tú no me quieres.
Dev.-
Cuando deje de quererte ya te avisaré.
Alice.-
Pero, ¿me quieres?
Dev.-
Los actos importan más que las palabras.
En
definitiva, no he encontrado ni un solo indicio de que Dev juzgue a Alice, o de
que la desprecie, o de que tenga sentimientos encontrados hacia ella y su
pasado poco “honesto”. Por el contrario, se me hace evidente que es ella la que
se desprecia a sí misma. Esto queda claro en la escena del avión cuando le comunican
la muerte de su padre, un oficial nazi, porque ella contesta: “no tengo que
seguir odiándole, ni odiándome”.
Además,
es evidente que el personaje fue creado para que la audiencia de 1946 también
la despreciara o, por lo menos, la juzgara. No hay más que fijarse en el título
original de la película: Notorious, que significa “well known for
being bad” o, lo que es lo mismo: trístemente célebre, de mala fama, de
mala reputación, infame.
Sin
embargo, mi sorpresa no terminó leyendo las críticas. Resulta que, según la
Wikipedia, el mismísimo Hitchcock concibió el
argumento como "the story of a woman sold for political purposes into sexual
enslavement”. Acabose. Vale que no esté de acuerdo con las críticas, pero ¿no
estar de acuerdo con el director? Pues mira tú por dónde, Hitchcock habrá sido
uno de los más grandes cineastas de todos los tiempos, pero yo digo que esta
película no va de “una mujer vendida por motivos políticos a la esclavitud
sexual”. Por el contrario, va de una mujer que se casa con un hombre al que no
ama por despecho y, como se siente muy desgraciada, culpa al hombre al que ama.
O, en su defecto, va de un hombre que, considerando a la mujer a la que ama
suficientemente adulta para tomar sus propias decisiones, ni le pide ni le deja
de pedir: la deja decidir y, a pesar de que le duele verla con otro, no se
interpone en su misión. Tendría que añadir, claro, que va de un hombre que
privilegia su trabajo frente a sus sentimientos ya que deja creer a la mujer a
la que ama que en realidad no la ama, a sabiendas de que si le declara su amor
ella no aceptará la misión y, como consecuencia, los nazis continuarán campando
a sus anchas por Río de Janeiro.
Mmmm.
Complicado, ¿no?
Al
fin y al cabo, Hitchcock era un maestro. No nos lo iba a poner fácil.
Por
cierto, ¿soy la única que encuentra un parecido razonable, por no decir
sospechoso, entre el argumento de esta película y el de la novela de Clara
Sánchez “Lo que tu nombre esconde”?
NOTA:
Si no has visto esta película, o si sólo la has visto en la versión doblada al
castellano, te recomiendo que la veas en versión original. Un motivo serían las
voces de los actores. Por ejemplo, el doblaje español de Ingrid Bergman suena
exactamente igual que cualquier doblaje de cualquier personaje femenino en las
películas de época: lánguido, ñoño, falto de personalidad y llorón. Sin embargo
Alice es una mujer decidida, con carácter, irónica (“pobre Devlin, se ha
enamorado de la chica mala”, mientras que en la versión original suena a burla,
en el doblaje suena a drama). Otro motivo, quizá incluso más importante, sería
la traducción. No he hecho un análisis exhaustivo de las dos horas de metraje,
pero he encontrado un par de añadidos que, lejos de ser sólo pequeños matices,
en mi opinión cambian sustancialmente el sentido de la película. Por ejemplo,
en la escena del coche, él intenta convencerla de que mejor conduce él ya que
ella está borracha como una cuba, pero ella no quiere. En la versión original
él le dice: “Muévete”, mientras que en el doblaje él le grita: “¡Estúpida!”. En
mi opinión el nivel de violencia se multiplica por diez y el carácter de Dev se
distorsiona notablemente. Otra modificación del sentido de la película,
relacionado además con el título de la versión doblada (encadenados), lo
encontraríamos en la última escena, en la que Dev le dice a Alice que no podía soportar
verla con otro para siempre, mientras
que en la versión original simplemente dice que no podía soportar verla con
otro.
NOTA
2: En este post no he querido hablar sobre amor romántico, aunque daría para
páginas enteras. La película me ha gustado y, si tuviera que hacer una crítica
del amor romántico cada vez que voy al cine o leo un libro no acabaría nunca. Como
veis, no soy tan radical como pensáis.
Para
más información sobre el amor romántico:
“Las
negociaciones en el amor” de Marcela Lagarde.
“Crítica
del pensamiento amoroso” de Mari Luz Esteban.
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