viernes, 13 de enero de 2012

Menneske (continuación)

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Éste es sólo un ejemplo de por qué no soy la fan número uno de la RAE. Su diccionario me confunde:


hombre.
(Del lat. homo, -ĭnis).
1. m. Ser animado racional, varón o mujer.
2. m. varón (‖ ser humano del sexo masculino).


mujer.
(Del lat. mulĭer, -ēris).
1. f. Persona del sexo femenino.


persona.
(Del lat. persōna, máscara de actor, personaje teatral, este del etrusco phersu, y este del gr. πρόσωπον).
1. f. Individuo de la especie humana.
2. f. Hombre o mujer cuyo nombre se ignora o se omite.


Desde aquí hago un llamamiento a las (personas) académicas de la RAE:
Por favor, modifiquen la acepción número 1 de la entrada hombre del Diccionario de la RAE elimiando la palabra mujer de la misma. Esta acepción sólo contribuye a crear confusión respecto al significado de la palabra y no se corresponde con el sentir de la sociedad supuestamente igualitaria en la que vivimos. La lengua española no sufrirá daño alguno ya que para designar a un ser animado racional, un individuo de la especie humana, hombre o mujer, existe la palabra persona. Como la palabra hombre se ha utilizado “erróneamente” durante bastante tiempo sugiero, para esclarecer posibles futuras dudas, que se añada la siguiente acepción:
10. m. desus. Ser animado racional, varón o mujer.
Asímismo, sugiero que en la entrada mujer también se utilice la definición de “ser animado racional”. De otra manera se correría el riesgo de dar a entender que para la lengua epañola sólo los hombres poseen la cualidad de raciocinio.
Atentamente.
Blanca Puyuelo

Menneske

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Estoy intentando aprender un poco de danés, y aunque tengo bastante con buscar alguna lógica que relacione la escritura con la pronunciación (por ejemplo, “selvføgelic” se dice sefuli) y la mayor parte de mis energías las empleo en explorar zonas vírgenes de mi aparato fonador, sigo con la alarma violeta encendida. Por eso ayer, mientras trabajaba en un diálogo en el que Stine y Søren hablan de cuánto les gusta o les disgusta el filete de hígado, encontré un error en mi diccionario:

menneske et hombre m, ser m humano; (individ) persona f; alle –r todo el mundo; alle mulig –r todo tipo de gente; ikke et – nadie; mange –r mucha gente.

Yo estaba bastante segura de haber entendido en clase que menneske significa persona, person en inglés. Pero quizá había entendido mal y menneske también significa hombre. Así que para salir de dudas consulté un diccionario danés-inglés y esto es lo que encontré:

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menneske person, human, human being.
(y no: menneske man, person, human being)

Efectivamente, menneske significa persona, y que yo sepa persona no significa hombre, en todo caso "hombre o mujer". Y no es que lo diga yo, sino que lo dicen nuestros amigos de la RAE, de quienes evidentemente no soy fan número uno:

persona
1. f. Individuo de la especie humana.
2. f. Hombre o mujer cuyo nombre se ignora o se omite.
Éstas son sólo las dos primeras acepciones, pero en ninguna de las que siguen persona significa hombre.

Este ejemplo viene a ilustrar el asunto del masculino genérico sobre el que he mantenido muchas y acaloradas discusiones. Hoy tampoco voy a profundizar en el tema, sino que me voy a limitar a hacer una reflexión: si tenemos palabras que definen con exactitud aquello que designan, ¿para qué mezclarlas perdiendo precisión lingüística? ¿Por qué hacer creer a las (personas) danesas que aprenden español que persona significa hombre? Por ejemplo, mi profesora de danés, que es una máquina de las lenguas, después de explicarme que manneske significa persona y que es una palabra genéricamente neutra que engloba a mujeres y hombres, me dijo lo mismo que el diccionario: “es decir, que en español puedes decir persona, hombre.” (Un saludo cariñoso para Gyorgyi)

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Por cierto, Simone de Beauvoir ya respondió en El segundo sexo (1949) a la pregunta ¿por qué persona significa hombre? “Él es el sujeto, el absoluto: ella es lo otro.”

lunes, 2 de enero de 2012

Nuevo Ministerio de Interior

Nada, viendo un poquito de noticias he estado escuchando a nuestro nuevo ministro de interior, Jorge Fernández Díaz, jurando ante un cristo crucificado los nuevos "altos cargos". Nuevo secretario de bla bla bla, director de instituciones penitenciarias, abogado de gabinete, director del cuerpo de la guardia civil que generosamente nos cuida........ 

Justo estaba comentando cómo es que no hay ninguna mujer entre estos altos cargos cuando ha nombrado a una mujer como Presidenta de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, la cuál Ayudará a estas personas. Menos mal, al menos una mujer con la que pueden cubrirse las espaldas de la inclusión. Eso sí, manteniendo y reproduciendo su rol de apoyo, cuidado y ayuda a los machos guerreros y defensivos y a las pobres víctimas de los bárbaros (qué buenas somos). 

Un inciso más, el ministro ha comenzado a hablar de sus acciones y ha comentado que la globalización, no podemos negarlo, tiene una cara negativa (¿¿en serio??): la del crimen transnacional (ahh!).