sábado, 6 de abril de 2013

En Bilbao no se Acosa


Bilbi. Las 12 de la mañana. Salimos de Otxarkoaga Pat, Aidatxo y yo hacia una batukada en pro de los derechos de las inmigrantes. Con flores en la cabeza y sabores soñolientos nos encontramos con un grupo de senegaleses coloreados que van caminando y tocando tambores en un alegre despertar de un Sanfran todavía gris. Alegremente, nos unimos al paso mientras, poco a poco, la gente va juntando sus ritmos callejeros hasta recorrer la misma manzana más de tres veces. Florecemos en una plaza de barrio; otras guitarras y palos se expresan con timidez y un grupo de quinceañeros despliega sus pancartas brillantes de xirimiri, no sin ser retadas por el viento. La música se empieza a transformar hasta confundirse con cantos en los bares y zuritos que aclaran las gargantas de aquellos que alzan irrintzis. La alegría diurna nos hace mezclarnos con las terrazas animadas por batas y pijamas, corredores de cemento, bolsas en manos frías y párpados de color púrpura de quienes no han pasado página en el calendario. Entonces, en una vuelta al delirio y la concreción, arrancamos palabras que intentan aclarar porqués. En un momento dado, me percato de quiénes nos rodean. Un hombre sentado a nuestra derecha, regañando a su perro por haber defecado. Cuatro ojeras en la puerta que fuman sostenidas por un vaso de pacharán. Inmediatamente sé lo que va a pasar. Pero no pasa. No, no se acercan a preguntarnos la hora ni a sentarse a saludar. Nadie nos pregunta qué hacemos por aquí con este tiempo. Nadie nos invita a nada. Ni si quiera cuando entro al bar a por la siguiente. Nadie sonríe de más. La ría está detrás. Ya no hace falta meterse en ella para nadar. 



domingo, 24 de febrero de 2013

Vandana Shiva

Vandana Shiva es una científica, filósofa, activista, Nobel Alternativo, pacifista y ecofeminista india que lleva años luchando contra los abusos y atropellos de grandes multinacionales como Monsanto o Coca-Cola, denunciando la biopiratiería, los OGM y luchando por la soberanía alimentaria, entre otras muchas cosas. Con apenas 20 años abandonó su doctorado en la Comisión de la Energía Atómica de la India, donde en los años 70 era la única mujer y parecía que le esperaba una brillante carrera, para realizar una Tesis sobre la Teoría Cuántica en la universidad de Toronto, donde rechazó un cómodo puesto como profesora para volver a la India e involucrarse en lo que ha sido una vida llena de compromiso social, ecológico y humano. 


En este post voy a hacer un breve resumen de sus victorias contra cuatro grandes multinacionales: Rice Tec, W. R. Grace, Monsanto y Coca-Cola. También voy a hacer una breve reseña sobre su teoría ecofeminista. La información está sacada del libro de Lionel Astruc, “Vandana Shiva. Las victorias de una india contra el expolio de la biodiversidad”. La Fertilidad de la Tierra Ediciones, Navarra, 2012.

En 1997 la empresa tejana Rice Tec creó una patente sobre las cepas y semillas de arroz basmati. Pretendía hacer que las agricultoras indias pidieran permiso y pagaran un canon por cultivar su propio arroz ya que, como denunció Vandana Shiva, la empresa incluyó en su patente número 5663484 “genes de variedades obtenidas por los agricultores”. Tras 5 años de lucha, en 2001 “la Oficina Americana de Patentes y Marcas anuló la mayor parte de la patente presentada por Rice Tec, haciéndola inviable. También estableció que la empresa no había creado el aspecto de este arroz, contrariamente a lo que afirmaba la firma tejana: estas características procedían sencillamente de las variedades tradicionales de basmati desarrolladas por los campesinos indios”. (p. 135)

En los años 80 el gigante agroquímico W.R. Grace patentó la margosa o neem, un árbol originario de la India, Pakistan y Bangladesh cuyas propiedades antiparasitarias e insectífugas han sido usadas durante siglos por todo el subcontinente. La fábrica llegó a procesar hasta 20 toneladas de semillas al día, con la consiguiente dificultad que conllevó para la población acceder a un recurso esencial y hasta entonces gratuito. Vandana Shiva, con el apoyo del IFOAM (Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Ecológica), necesitó más de 10 años para lograr, en 2005, que la Oficina Europea de Patentes revocara las patentes de Grace sobre este árbol.

En 1998, Monsanto, la casa de semillas más poderosa del mundo, se hizo con la patente del Nap Hal, una antigua variedad de trigo con características excepcionales para el horneado. La patente nº EP 0445929 fue revocada en 2004 por la Oficina Europea de Patentes tras la reclamación presentada por varias asociaciones ecologistas, con Vandana Shiva a la cabeza, quien declaró: “Hemos ganado el tercer combate contra los piratas que roban nuestras semillas y nuestros saberes para reivindicarlos como sus invenciones. El arroz basmati fue robado, nosotros lo hemos recuperado, el neem fue robado, nosotros lo hemos recuperado. Y ahora, el 26 de septiembre, la Oficina Europea de Patentes anula el convenio sobre el trigo nº EP 0445929 presentado por Monsanto y basado en el robo de una antigua variedad de trigo india pobre en gluten. Cada orador habló esa tarde de un mundo sin OGM, sin plantas patentadas, ni vida patentada. Un mundo que nosotros creamos aquí. Yo estoy totalmente segura de que ganaremos, semilla tras semilla, planta tras planta, campesino tras campesino, comunidad tras comunidad. Y liberaremos la Tierra. ¡Y ganaremos la seguridad alimentaria!” (p.138)

En el caso de Coca-Cola no se trató de biopiratería, sino “sólo” de un desastre natural en Plachimada, en la región de Kerala, donde en 2001 se instaló un fábrica de embotellado que llenaba 600 botellas de refresco por minuto. “Coca-Cola tenía autorización para producir 561.000 litros de refrescos cada día, y cada litro de refresco implicaba el consumo de 3,8 litros de agua". Pronto, el nivel de los lagos, ríos y pozos de la zona bajó notablemente y el agua dejó de ser potable. Las mujeres fueron las primeras en movilizarse, en la primavera de 2002, ante la sucesión de animales muertos, personas hospitalizadas y cultivos destruídos. Su sentada no pareció interesar ni a la prensa, ni al Panchayat ni a ningún partido político, y se pretendía que fuesen ellas quienes demostrasen la relación causa-efecto entre la fábrica de Coca-Cola y los problemas de agua. Vandana Shiva contactó con un laboratorio en Chennai, el cual constató “unos niveles muy altos de salinidad y una dureza excesiva del agua” y declaró que “el agua disponible alrededor de la fábrica no era apta para el consumo humano y no debía utilizarse ni para beber, ni para el aseo, ni para lavar los alimentos o la ropa, y aún menos para regar los campos” (p. 78). En diciembre de 2003 un juez ordenó el cese de la actividad de Coca-Cola, en pro de la doctrina del bien común.

En cuanto a la relación entre Vandan Shiva y ecofeminismo, no me resisto a copiar un fragmento del libro de Lionel Astruc:

Vanadana Shiva “descubrió poco a poco la profunda relación que unía el destino de las mujeres y el de la Naturaleza y acumulaba cada vez más pruebas al respecto, anotando desordenadamente testimonios y descripciones. La activista india contaba con cambiar la tendencia general de despreciar el trabajo de las mujeres, o simplemente ignorarlas. Estas actividades femeninas consideradas por la mayoría como un “no-trabajo” o un “no conocimiento” en realidad se basaban en prácticas culturales y científicas elaboradas. Sin ser aún consciente, ni haberse pronunciado aún el nombre, Vandana Shiva estaba de hecho a punto de formular una teoría fundamental para su acción en el futuro: el ecofeminismo. “En una hectárea de tierra cultivada, una parejea de bueyes trabaja 1064 horas al año, un hombre 1212 y una mujer 3485 horas: ¡una mujer trabaja por tanto más tiempo que un hombre y los animales de la granja juntos!" Tal era el tipo de constataciones que hacía la militante, pero su reflexión ya “ecofeminista” no se limitaba a este tipo de comparación entre los dos sexos. Descansaba más bien en una observación sutil del estatus de madre o de hija en los países del sur: la filósofa las veía como a aquellas que dan la vida, no sólo biológicamente, sino también a través de su rol social, porque ellas se ocupan de la preservación y reproducción de las semillas y satisfacen las necesidades alimentarias de su entorno. “Todas las comunidades silvícolas o campesinas en las que la vida se organiza alrededor de un principio de perdurabilidad y de reproducción de la vida, encarnan la naturaleza misma de la mujer”, resumía Vandana Shiva. En el corazón de esta visión se encontraba lo que la escritora pronto llamaría “la perspectiva de la subsistencia”. Este concepto expresa las “necesidades fundamentales de la vida” (seguridad alimentaria, protección de la biodiversidad, etc.). Ahora bien, según la científica, las mujeres están más cerca de esta perspectiva que los hombres, en particular por su rol de madre. La necesidad de preservar la vida, aunque tengan que sacrificarse por la comunidad y favorecer el compartir, estaría naturalmente anclada en los genes femeninos, según Vandana Shiva. La militante había formulado estas observaciones a raíz del tiempo que pasó con las militantes del movimiento Chipko. (…). Desde el punto de vista de la cosmología india, todos los seres vivos nacen de una misma y única energía primordial llamada Shakti, que representa a un tiempo el principio femenino y la fuerza creadora de la Naturaleza. Las madres y las hijas con las que Vandana Shiva compartía regularmente la ruda cotidianidad de los altos valles de Uttarakhand, encarnaban prefectametne esta concepción”. (p. 63-65)

Aunque no comparto su perspectiva esencialista, todo lo demás me parece muy interesante, como querer sacar a la luz el trabajo invisible que las mujeres realizan y la importancia de la ecología y el respeto por la naturaleza. Como siempre, los feminismos no nos lo ponen fácil, por lo que no se puede hablar de ecofeminismo, sino de ecofeminismos. Esta entrada de la wikipedia hace una aproximación interesante al tema. 

Para finalizar, propongo evitar el consumo de OGM en la medida de lo posible. ¿Alguien se apunta?

 

martes, 19 de febrero de 2013

Una relación amorosa

Ruth lo tenía todo: la belleza, la seguridad, la confianza en sí misma y en el mundo, el carácter, el valor. Tenía, además, amigas y amigos con quienes salir y pasárselo bien, a quienes contar historias más o menos verídicas con las que impresionar y ser admirada. Tenía colegas con quienes fardar de ser quien era: una de las chicas guays del instituto, en definitiva. Y no tenía miedo. No tenía miedo a nada ni a nadie, no tenía envidia, no tenía dudas.

Como decía, Ruth lo tenía todo, incluso un novio. Era un novio del que presumir ante sus colegas porque, además de ser 5 o 6 años mayor que ella era un tipo duro. Pero uno de verdad: llevaba toda la vida metiéndose en líos, robando y trapicheando, lo que durante un tiempo le hizo dar con sus huesos en la cárcel. Un chico malo que podría parecer peligroso visto desde fuera pero que a ella no le daba miedo porque la confianza que tenía en sí misma era tanta que confiaba tenerle bajo control utilizando sus encantos femeninos y su carácter de mujer con arrojos. A su lado se sentía poderosa y notaba la envidia que despertaba en sus amigas y la admiración en sus amigos. Porque ella se había llevado el premio gordo y lo iba a hacer suyo. Controlar a un hombre como éste la convertiría definitivamente, a ojos de todo el mundo, en la mujer poderosa que siempre había querido ser. Sin contar, por supuesto, que teniendo novio salía de la lista de mujeres solas, frustradas y amargadas, esas que no tienen nadie especial que las ame, medias naranjas solitarias, incompletas y tristes.

Pasó el tiempo y sus amigas y amigos la veían cada vez con menos frecuencia. Llegó un día en que empezaron a hablar de ella en pasado, como la amiga que un día tuvieron, la colega que se echó un novio y desapareció de sus vidas. Por lo visto había encontrado con quien estar mejor acompañada, con quien sentirse plena y no necesitaba a nadie más.

Por eso se extrañó tanto Rebeca cuando un viernes de febrero Ruth la llamó para quedar. Ella ya había quedado con Óscar para tomar algo, así que fueron los tres juntos al bar de siempre. Sin embargo no se extrañaron demasiado cuando ella, en su habitual tono de chica dura que lo tiene todo bajo control y está de vuelta de todo empezó a decir lo harta que estaba de su novio y que podría dejarle cuando quisiera, pero que en realidad todavía no quería dejarle. Pero podría hacerlo cuando ella quisiera. Bueno, cuando ella quisiera y cuando ahorrara 750 euros. Esto último sí que extrañó a Rebeca y a Óscar. “No, bueno, es por el alquiler, porque es él quien lo está pagando, y yo, como estoy sin curro, pues eso, no me voy a ir así sin más. Pero vaya, que en cuanto tenga un curro le doy los 750 y me piro”. Sin embargo, a medida que corría la cerveza la lengua de Ruth se iba soltando: que estaba fatal, que nunca había estado tan mal, que se sentía una basura; ella, que nunca había tenido envidia de nadie, ahora envidiaba a cualquiera con quien se cruzara por la calle. A cualquiera. Que se sentía hundida. Que no era nadie. No llegó a dar muchos detalles, pero sí mencionó que una vez, durante una discusión, él le partió el labio. Pero que bueno, que ella le había respondido y le había partido una ceja. Pues buena era ella. Rebeca y Óscar se miraron de reojo. Y todavía pudieron presenciar una discusión telefónica, en la que ella gritaba e insultaba y de la que volvió, después de colgar, al borde da las lágrimas. Él le había dicho que no se le ocurriera volver a casa esa noche porque la iban a tener, que estaba cabreadísimo y que era mejor que no le provocara. Rebeca le ofreció su casa. Sin embargo, todavía quedaba otra discusión más. Una discusión en la que ella le amenazó con dejarle y, en respuesta, él la amenazó con matarla si se le ocurría irse. Esa noche la pasó en casa de Rebeca.

No sé cómo termina esta historia. Lo único que sé es que Ruth, Rebea y Óscar tienen menos de 25 años. Los nombres son ficticios y he cambiado algunos detalles, pero la historia es real. Es tan real y tan parecida a otras que parece sacada de un manual.

Al llegar a este punto sólo me quedan preguntas:

¿Para cuándo una educación en igualdad? ¿Para cuándo además de literatura y matemáticas se va a enseñar educación afectivo-sexual en los colegios? O, para no utilizar un término tan aséptico, ¿para cuándo educación emocional, o amorosa? ¿Quizá para cuando sea demasiado tarde para Ruth y para tantas otras?


Cuando historias como ésta siguen ocurriendo cada día, ¿es posible seguir afirmando que el feminismo está desfasado? ¿Estamos las feministas locas cuando, tras conocer historias como ésta, decimos que lo personal es político?

Y la más importante: ¿es Ruth una víctima?

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Esperanza ha señalado, en los comentarios, algunas preguntas que se me quedaban en el tintero:

"¿Qué pasa con los medios de comunicación, con las series, los realitys, los anuncios, las revistas para ellos y ellas? Sobre todo cuando los implicados son menores de 25, tienen muchísimo peso en su baremo de valores. O las familias, con lo que es la familia en España, y la de historias que conocemos todos. ¿Y que tal talleres de educación afectivo-sexual, a cargo de asociaciones o de entidades públicas?"

Agradezco todos los comentarios y sugerencias, ¡gracias!

domingo, 13 de enero de 2013

Encadenados (Notorious) de Alfred Hitchcock



El otro día vi “Encadenados”, de Alfred Hitchcock. Como me resultó muy sugerente y puso en marcha mi maquinaria crítica, me preparé para escribir un post. Básicamente googleé en busca de información y pude comprobar que lxs críticxs de cine ya han analizado este clásico desde numerosos ángulos, han dado múltiples interpretaciones y han dicho casi todo lo que había que decir. Pero cuál no fue mi sorpresa cuando enseguida me di cuenta de que no estaba de acuerdo con la descripción que la mayoría hace de la relación entre los dos personajes principales que es, básicamente, el núcleo alrededor del cual gira el argumento.

[Si no has visto la película te recomiendo mucho que la veas y, como no quiero destriparte nada, te sugiero que no continúes leyendo… ¡Pero vuelve aquí después de verla!]

Si a pesar de todo sigues leyendo, copio y pego una pequeña sinopsis para que sepas de qué hablo (aquí el link a la página donde la he encontrado 

“Devlin, (Cary Grant), un agente del gobierno norteamericano, entabla relación con Alicia Huberman (Ingrid Bergman), hija de un espía alemán recién encarcelado, y le propone trabajar para su país en Río de Janeiro. La misión es seducir a otro alemán, Alex Sebastian (Claude Rains), que años atrás estuvo enamorado de ella, y sacar la máxima información de él y sus contactos, pues es una de las bases del nazismo activo que opera tras la guerra. Alicia, pese a estar enamorada de Devlin, acepta no sólo el desafío de conquistar a Sebastian, sino también su inesperada petición de boda. Una misteriosa botella de vino pondrá la primera nota de inquietud en la tensa labor de espionaje de Alicia.”

Como decía, enseguida comprobé que no estaba de acuerdo con la mayoría de las críticas, que afirman que Dev, el protagonista, se comporta como un proxeneta. Por ejemplo, en este artículo de The Guardian se describe a Devlin como “a good man, on the side of right, who pimps out the love of his life” (un buen hombre, uno de los buenos, que chulea al amor de su vida). Es decir, cuando Dev propone a Alice seducir a otro hombre por motivos políticos, para la mayoría de las críticas lo que ocurre es que está chuleando a Alice, vendiéndola al enemigo. Además, para más inri, está enamorado de ella. Y ella de él, claro. Pobre… Sin embargo, desde mi punto de vista, el personaje de Dev es muy interesante. Cuando al principio él le propone a ella que trabaje como espía para el gobierno de los Estados Unidos, él mismo no sabe en qué va a consistir la misión. Para cuando se entera, ya es demasiado tarde: se ha enamorado. Es obvio que no le gusta la idea, ya que trata de convencer a sus jefes de que Alice no es la persona adecuada para ese trabajo. Sin embargo, fracasa en su intento, y no le queda más remedio que comunicarle que su misión consiste en seducir a Alex. Ella se horroriza ante la idea y le pregunta si no le ha dicho a sus jefes que ella no es la persona adecuada. Lo que Alice quiere es que él le demuestre su amor pidiéndole que no se entregue a otro hombre. Como él no se lo pide, ella concluye que él no la quiere y, despechada, acepta el trabajo. Según este artículo “Alicia le recrimina a Dev que si tan solo se lo hubiese pedido, ella no hubiera aceptado el cometido de enamorar a otro hombre por patriotismo. Devlin responde con una aparente indiferencia, argumentando que ella es lo suficientemente adulta para tomar decisiones.” Y aquí está el quid de la cuestión. Ella acepta libremente la misión: no la obligan, no la chantajean, no la coaccionan.  Acepta libremente. Y acepta, en parte, por despecho, en un intento a la desesperada de provocar celos en el hombre al que a ama. En mi opinión, ella necesita de él que le pida que no acepte la misión como muestra de amor porque ella misma no se considera merecedora del mismo. Ella se desprecia a sí misma y entiende que un hombre como Dev la entregue sin más al enemigo. Pero es ella quien se desprecia y se juzga por beber demasiado y haber tenido numerosos amantes. Por ejemplo, en la escena del bar en Río de Janeiro, ella le dice: “Cada vez que te miro veo en tus ojos esas ideas fijas: si delinquió una vez delinquirá siempre, fue mujerzuela, lo será siempre” y luego, en un alto en la carretera: “Pobre Dev, te has enamorado de la chica mala, te pone enfermo, enamorado de una mujer que no es buena, debe ser terrib…” (y no termina la palabra porque entonces él la besa). Más tarde, en el apartamento, mantienen esta conversación:
Alice: Nuestro amor es bastante extraño.
Dev.- ¿Por qué?
Alice.- Porque a lo mejor tú no me quieres.
Dev.- Cuando deje de quererte ya te avisaré.
Alice.- Pero, ¿me quieres?
Dev.- Los actos importan más que las palabras.

Esta conversación tiene lugar mientras se dan el beso más largo y apasionado de lahistoria del cine hasta ese momento.  0_o 


En definitiva, no he encontrado ni un solo indicio de que Dev juzgue a Alice, o de que la desprecie, o de que tenga sentimientos encontrados hacia ella y su pasado poco “honesto”. Por el contrario, se me hace evidente que es ella la que se desprecia a sí misma. Esto queda claro en la escena del avión cuando le comunican la muerte de su padre, un oficial nazi, porque ella contesta: “no tengo que seguir odiándole, ni odiándome”.

Además, es evidente que el personaje fue creado para que la audiencia de 1946 también la despreciara o, por lo menos, la juzgara. No hay más que fijarse en el título original de la película: Notorious, que significa “well known for being bad” o, lo que es lo mismo: trístemente célebre, de mala fama, de mala reputación, infame.

Sin embargo, mi sorpresa no terminó leyendo las críticas. Resulta que, según la Wikipedia, el mismísimo Hitchcock concibió el argumento como "the story of a woman sold for political purposes into sexual enslavement”. Acabose. Vale que no esté de acuerdo con las críticas, pero ¿no estar de acuerdo con el director? Pues mira tú por dónde, Hitchcock habrá sido uno de los más grandes cineastas de todos los tiempos, pero yo digo que esta película no va de “una mujer vendida por motivos políticos a la esclavitud sexual”. Por el contrario, va de una mujer que se casa con un hombre al que no ama por despecho y, como se siente muy desgraciada, culpa al hombre al que ama. O, en su defecto, va de un hombre que, considerando a la mujer a la que ama suficientemente adulta para tomar sus propias decisiones, ni le pide ni le deja de pedir: la deja decidir y, a pesar de que le duele verla con otro, no se interpone en su misión. Tendría que añadir, claro, que va de un hombre que privilegia su trabajo frente a sus sentimientos ya que deja creer a la mujer a la que ama que en realidad no la ama, a sabiendas de que si le declara su amor ella no aceptará la misión y, como consecuencia, los nazis continuarán campando a sus anchas por Río de Janeiro.

Mmmm. Complicado, ¿no?

Al fin y al cabo, Hitchcock era un maestro. No nos lo iba a poner fácil.

Por cierto, ¿soy la única que encuentra un parecido razonable, por no decir sospechoso, entre el argumento de esta película y el de la novela de Clara Sánchez “Lo que tu nombre esconde”?

NOTA: Si no has visto esta película, o si sólo la has visto en la versión doblada al castellano, te recomiendo que la veas en versión original. Un motivo serían las voces de los actores. Por ejemplo, el doblaje español de Ingrid Bergman suena exactamente igual que cualquier doblaje de cualquier personaje femenino en las películas de época: lánguido, ñoño, falto de personalidad y llorón. Sin embargo Alice es una mujer decidida, con carácter, irónica (“pobre Devlin, se ha enamorado de la chica mala”, mientras que en la versión original suena a burla, en el doblaje suena a drama). Otro motivo, quizá incluso más importante, sería la traducción. No he hecho un análisis exhaustivo de las dos horas de metraje, pero he encontrado un par de añadidos que, lejos de ser sólo pequeños matices, en mi opinión cambian sustancialmente el sentido de la película. Por ejemplo, en la escena del coche, él intenta convencerla de que mejor conduce él ya que ella está borracha como una cuba, pero ella no quiere. En la versión original él le dice: “Muévete”, mientras que en el doblaje él le grita: “¡Estúpida!”. En mi opinión el nivel de violencia se multiplica por diez y el carácter de Dev se distorsiona notablemente. Otra modificación del sentido de la película, relacionado además con el título de la versión doblada (encadenados), lo encontraríamos en la última escena, en la que  Dev le dice a Alice que no podía soportar verla con otro para siempre, mientras que en la versión original simplemente dice que no podía soportar verla con otro.

NOTA 2: En este post no he querido hablar sobre amor romántico, aunque daría para páginas enteras. La película me ha gustado y, si tuviera que hacer una crítica del amor romántico cada vez que voy al cine o leo un libro no acabaría nunca. Como veis, no soy tan radical como pensáis.
Para más información sobre el amor romántico:
“Las negociaciones en el amor” de Marcela Lagarde.
“Crítica del pensamiento amoroso” de Mari Luz Esteban.
Algunos artículos de Una antropóloga en la luna, como éste o éste.