lunes, 12 de marzo de 2012

Miedo


Aquí, en Copenhague, es muy frecuente que las comunidades vecinales compartan una lavandería porque, por lo visto, es más rentable económicamente que tener una lavadora en cada vivienda de la que cada cual se haga cargo. Bueno, pues donde yo vivo tenemos una de estas lavanderías en el sótano y resulta que a mi compañera de piso le da miedo ir sola. Cuando me lo dijo primero pensé que era una exagerada y luego le pregunté: “¿y eso?”. Me dijo que sería muy fácil para un violador entrar, esconderse hasta que entrara alguna chica y violarla ahí mismo. Yo le dije que tampoco podía ser tan fácil, que ahí está todo el día entrando y saliendo gente. Pero ella me contestó que la lavandería no es precisamente Norreport Station, y que ahí llega uno, te viola en un momento y se larga. Me di cuenta de que estaba intentando razonar con lo irracional, porque el miedo es el miedo y punto. Como quien tiene miedo a volar. O a los ascensores. Pero... “¡un momento!” me dije, “Blanca, que a ti no te dé miedo la lavandería, no significa que Lea sea una exagerada, ni que se pueda comparar su miedo con el miedo a los aviones o a los ascensores”. Investigaré sobre ello más adelante, pero yo diría que es un miedo común que tenemos casi todas, en mayor o menor grado, y que se remonta al cuento de Caperutcita Roja. Pero claro, a mí, que soy muy moderna y muy independiente, jamás se me ocurriría decir “no voy a tal sitio o no hago no sé qué porque me da miedo que me violen”. Ni tan siquiera se me ocurriría pensarlo. Pero ¿qué es, si no, esa sensación que describía Mara en Terror en Sudomerska Street, que me hace en determinadas ocasiones acelerar el paso, mirar para atrás, cruzar de acera o evitar pasar demasiado cerca de una furgoneta aparcada? Podría decir que es miedo a que venga uno con una navaja para quitarme el bolso, pero no. No es lo mismo un atracador que un violador. Para nada. Por ejemplo, puedo imaginarme que viene uno y me atraca, pero el miedo no es el mismo. Sería un susto, y también da miedo, pero conozco un montón de gente a la que han atracado y siguen con su vida sin ningún trauma y sin ninguna secuela. Incluso conozco a alguno (hola Carlos) que tiene la habilidad de convertir los atracos en anécdotas desternillantes; siguiendo con la comparación, no sé si me sería posible convertir una violación en una anécdota desternillante.

Y ya que estoy sincerándome: el otro día me dí cuenta de qué sí que tengo miedo, y no sólo de ése difuso que te hace apretar el paso en una calle solitaria. No. Se trata de un miedo en forma de imágenes concretas, horrendas y espantosas, alimentadas por noticias, películas, novelas y cuentos populares (y esta vez no me refiero a Caperucita Roja, ¿habéis leído algún cuento popular ruso?). Y es que a mi no me da miedo la lavandería de mi edificio, pero he descubierto que me da miedo la escalera de servicio de la oficina en la que trabajo. Resulta que un par de días a la semana trabajo limpiando una oficina en un edificio del centro de Copenhague. Tengo que sacar la basura por la escalera de servicio, que es oscura, sucia y solitaria. Es un sitio en el que no hay nadie, y en el que se supone que no debería haber nadie. Además, no tengo llave de la puerta que da a esta escalera, por lo que tengo que dejarla abierta de par en par mientras bajo y vuelvo a subir. Os juro que entre las bolsas de basura de tamaño descomunal, y los escalones desiguales y desgastados, lo que menos debería preocuparme es encontrarme a un hombre. Sin embargo, mientras bajo pienso con ansiedad que a ver si va a haber alguien donde los cubos, y mientras subo pienso que a ver si se ha metido alguien en la oficina mientras yo estaba fuera y me está esperando dentro. Terribles escenas de torturas y asesinatos acuden a mi mente. Horroroso.

Y me permito pensar que Lea es una exagerada.

Mañana mismo me busco otro trabajo. Eso sí, jamás reconoceré que es porque me da miedo la escalera de servicio; que quede entre nosotras, ¿vale?

4 comentarios:

  1. Reconozco muy bien ese miedo absurdo... y da miedo!

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  2. Maldito miedo...siempre importunándonos!!Dicen que depende de cada uno superarlo (yo acabo de superar uno hoy mismo) pero creo q hay miedos, como por ejemplo el que describes, que siempre están ahí...por mucho que nos joda...y es una pena! MALDITO MIEDO!!

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  3. miedo, miedo alimentado... una niña sale a un bosque tenebroso en el que un violador anda suelto, sola y vestida de caperuza roja, cual vagina andante... y te vas quedando dormida con el cuento...
    miedo alimentado... una adolescente no atraviesa el parque sola porque allí habita un lobo, pero además oye en las noticias que el lobo puede colarse en el ascensor y violarla mientras sube a casa, o que puede conducir el taxi en el que vuelve segura a casa, ya nunca te sentirás segura a la vuelta a casa...
    aunque no tengas miedo la mano buscará el un objeto puntiagudo en el bolso al notar que alguien camina detrás de ti... aunque te repitas que está todo en tu cabeza buscaras la marcación rápida del móvil antes de girar la esquina...
    como siempre, nosotras tenemos algo más a lo que temer
    como siempre, se aprovechan de nuestros temores, los alimentan, se valen de ellos para hacernos pequeñitas
    lamentablemente estos miedos están fundados en algo. afortunadamente, y pese a ser irracional, podemos llegar a analizar y controlar hasta que punto nos lo alimentan para hacernos sentir aun más inseguras.
    os animo a aprender defensa: da seguridad y ayuda a empoderarse del propio cuerpo!!

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  4. nuestros temores y temblores? no creo que los alimenten, se construyen. Eso de que las emociones son algo irracional e incontrolable, algo que obviar, es una falacia. ¿o es que acaso no nos enseñan a temer a los extraños desde pequeñas? ¿o a sentir celos por determinadas causas y no por otras? ¿hasta que punto entonces, siempre seremos celosas y sólo será cultural el motivo? El miedo no es irracional (es hasta lógico en el camino de preservar la vida y evitar el dolor); pero tampoco son irracionales sus causas, están bien motivadas...

    Sin derivar más, después de leer estos comentarios me pregunto ¿En qué sentido el miedo es irracional? ¿y qué finalidad tiene definirlo así? ¿Acaso no somos las "mujeres" las "presas" del miedo irracional? ¿Somos entonces, y una vez más, las irracionales dentro del juego de los sexos?

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